Retrospectiva Virtual de Pompeyo Audivert – Salón del Descuido – Caso 1
Para reflexionar y finalizando nuestro homenaje, les presentamos un análisis realizado por el propio artista, en mayo de 1959. Tres años después Antonio Berni es premiado en la Bienal de Venecia con sus XILOGRAFIAS de la serie Juanito Laguna.
EL GRABADO PASADO-FUTURO
La iniciación al aprendizaje del grabado como oficio y quedarse en la banalidad del “oficio” siempre resulta fácil. Adentrarse en el mismo hasta llegar a la discriminación del porqué de aquél, resulta harto más difícil. Quedarse en aquello donde lo superfluo predomina como modalidad expresiva siempre es simple y agradable. Penetrar en los valores que la cosa de por sí encierra, aprovechándolos, jugando limpiamente con ellos en beneficio de la obra, resulta un problema arduo de superar. Cabe pues hacer un distingo entre artesanía y oficio de acuerdo a como se vienen empleando ambos en el grabado en madera. (Xilografía}.’
El llamado “oficio” siempre cae en un malabarismo didáctico: su valor es nulo, es el afán inconsciente de querer decir algo careciendo de recursos para dar forma a lo propuesto; es una engañifa visual que a nada conduce; deslumbra en principio, pero carente de profundidad no se sostiene; es el vacío que sentimos ante la impotencia creativa. La artesanía es más profunda en el saber, más noble, es el dominio del lenguaje y medios por lo cuales podemos expresarnos sin caer en subterfugios, siempre puesta al servicio de la búsqueda que da forma y construcción a la obra propuesta, caben hallazgos, pero estos siempre serán noticias de una sabía experiencia artesana. Lo bonito está en el oficio, lo bello es la síntesis de la artesanía.
Partimos del principio que la imagen, es origen intuitivo en pos de creación; sin ella no se concibe la obra, el ordenamiento razonado de la técnica sabiamente adquirida es lo que da forma y presencia a la obra.
Los hechos nos comprueban de cómo influyen en la decadencia de la xilografía los llamados oficios del arte de ilustrar. La imprenta, cuyo origen se debe al grabado en madera (los primeros tipos movibles y ornamentaciones fueron tallados en madera) fué el vehículo inicial de esa decadencia. El artesano grabador y creador de bellas estampas pierde con los años el sentido individual de su labor, al mecanizarla sacrifica la expresión grabada y la deshumaniza, en él predomina el oficio.
Si bien con la rudimentaria mecanización de la imprenta la artesanía queda relegada, veremos como el “oficio” no puede cubrir el lugar de aquella. sus escasos recursos no alcanzan para substituirla y por lógica vuelve a resurgir la artesanía quedando el oficio en el lugar que como a tal le pertenece, la expresión gráfica (importancia de la imágen) era imprescindible, fué el retorno hacia una cosa injustamente olvidada, la sabiduría del saber hacer.
Hondo y latente resurgimiento a partir de este momento en que el dibujante, el grabador, el impresor y el iluminador forman su equipo (en forma muy precaria se había intentado anteriormente) en lo sucesivo todas las clases sociales podrán disfrutar de las estampas por ellos realizadas. La afinidad de grupo en las artes gráficas se hace factible gracias a ese loable esfuerzo de superación.
A este respecto recordamos como aún hoy sobrevive tan noble ejemplo de artesanía; en Palma de Mallorca existe la imprenta más antigua del mundo en funcionamiento, con la particularidad que siempre perteneció a la misma familia. Anexo a ella está el museo que contiene una importante colección de xilografías, buena parte de las cuales, fueron grabadas por Melchor y Antoni Guasp que se distinguieron como grabadores, ambos. en el siglo XVIII y en la actualidad sigue la trayectoria de sus antepasados F. Guasp. La imprenta fué fundada en el año 1579.
Es en el transcurso de los siglos XVIII Y XIX donde más se siente la decadencia de Ia xilografía en su faz creativa: en ello influye la acentuada mecanización de los elementos gráficos, la obra individual es casi nula, siempre son reproducciones de cuadros o esculturas realizadas con gran fidelidad sobre tacos de boj, lo que predomina en las publicaciones de la época, es una artesanía amanerada llena de virtuosismo, que nada tiene que ver con el verdadero sentido del grabado. Para conseguir un realismo anacrónico muy de acuerdo a los gustos del siglo XIX (siglo de decadencia) se introducen nuevos recursos técnicos que, a pesar de ello empobrecen aún más la xilografía. Es la claudicación del artesano grabador a los gustos por otros impuestos; hay algunas excepciones, Doumier entre ellas, pero éste se destaca más como litógrafo que como xilógrafo.
Las nuevas técnicas aportadas gracias al uso del buril de velo, troqueles y punzones acribillados (éstos últimos antiguamente utilizados en metales para imprimir, sin resultado práctico) no son más que una ostentación de “oficio”, es la supeditación a la técnica de todo aquello que de por sí, tiene vida propia, anulándola con juegos de artificio bonitos pero insensibles. Es precisamente en la estampa grabada en madera y en especial modo a partir de mediados de mil novecientos donde mejor se puede constatar lo expuesto. Se pierde completamente la afinidad que tanto caracterizó al dibujante y al artesano grabador que trabajaron en comunidad en los albores de la imprenta. Tuvimos la satisfacción de apreciar los originales de las famosas ilustraciones que para diferentes obras, realizó el gran maestro de la ilustración francesa, Gustavo Doré y comprobar cómo los mismos, ganaban o perdían en calidad y potencia, de acuerdo a la capacidad de oficio o artesanía de los grabadores encargados de realizarlos en madera. Debemos aclarar que Doré jamás grabó uno solo de sus origínales: siempre hubo un intermediario entre el ilustrador y el grabador: el editor, quien obraba de acuerdo a sus intereses.
Es debido a algunos conceptos emitidos por diferentes críticos que estudian el grabado y sus alcances, qué hace que sigamos insistiendo sobre imprenta y grabado, para demostrar el error en que incurren al querer encerrar la xilografía en el limitado espacio del libro o carpeta.
Trayectoria curiosa la del grabado en madera, es la xilografía que da forma y vida a la imprenta y al quedar supeditada á ella, no alcanza a ser más que un simple recurso de ornamentación gráfica, clasificándosele cómo arte menor, (no creemos en artes menores, toda expresión lograda es signo de vivencia) es el cansancio que produce una modalidad que pretende ser arte, cuando no es más que un oficio en la habilidad de reproducir, que forma el lastre que la imprenta siente y paulatinamente se va desprendiendo del mismo en pos de sus propios medios gráficos, consiguiéndolo totalmente al mecanizarse, la fundición de tipos en serie, viñetas y el aporte final del fotograbado: (que nada tiene que ver con la expresión grabada) este es el bagaje con que la imprenta a sí misma se basta. Esto significa la liberación de la obra individual de los rutinarios medios gráficos. Por lógica, la xilografía vuelve a adquirir su plenitud en forma definitiva, haciéndose sentir como verdadera obra de arte plástico: toda la labor grabada realizada a partir de mil novecientos lo demuestra.
Los años, en parte, han venido limpiando falsos prejuicios sobre la modalidad grabada en madera, tan falsos como la ya citada y pretendida limitación de encerrarlo en las limitaciones del libro. No obstante en el presente sentimos resabios de aquello. Hay críticos y por desgracia algunos plásticos, que no conciben el grabado en blanco y negro (xilografía) si no es realizado en madera y su incisión no esta hecha con las clásicas herramientas (buril, gubias o cortantes); podemos demostrar que son varios los materiales más o menos recientes que pueden sustituir a la madera y no por ello se resentirá el valor de la obra en ellos grabada. Citaremos el antimonio, zinc, gelatina y Plancha Máhesser.
No alcanzamos a comprender el porqué de esta sistemática y cavernaria oposición al empleo de elementos que están más cerca de nosotros (por ser actuales), que los clásicos tacos de boj, sin desmerecer a estos. Todos los aportes materiales y técnicos son aprovechables: cuando se saben emplear con razonamiento; la honestidad de su empleo nos darán la pauta de ello. Claramente lo demuestra Georges Rouault que sin mengua en su sentido creativo, utiliza en sus aguafuertes y medias tintas, en la serie del “Misserere”, la trama o pantalla del fotograbado, medio mecánico. La sensibilidad del maestro no se resiente por ello pues sabiamente utiliza este elemento subyugándolo en beneficio de la mejor realización de la obra. Es el dominio de la técnica que enriquece el lenguaje sin enfriar la obra.
Lo absurdo es utilizar estos elementos disfrazando su contenido mecánico. Cosa parecida ocurre con la ostentación de una técnica que no es más que un resabio de virtuosismo. Ello no es otra cosa que la degeneración de una habilidad convertida en oficio, (que nos perdone Víctor Delhez) que supedita todo lo bello y noble que la artesanía encierra a la búsqueda de una falsa visual.
No estamos de acuerdo con lo expuesto por algunos críticos de arte cuando dicen que la xilografía no debe rebasar los límites del libro. Esto es negar la presencia del grabado como obra de arte, digna de ser gustada por todas las clases sociales. Es sencillamente absurdo pretender que la xilografía, que tantas obras nos legó en el pasado y que con tanta fuerza se hace sentir en el presente, al desligarse de la imprenta, (si bien es una manifestación gráfica) vuelva a ligarse a ella. Esto es desear la asfixia de una labor artística que no pudo conseguirse a través de los siglos. Insistiremos con Georges Rouault, (como demostración) en una faz que nos parece equivocada. Nos referimos a un ejemplar ilustrado con aguafuertes y dibujos originales del maestro, grabados éstos sobre madera de boj por un artesano francés donde éste tuvo que valerse del transporte fotográfico para conseguir una mayor fidelidad de los originales (este medio es común en nuestros grabadores comerciales ligados a la imprenta). Esta limitación expresiva del creador de la imagen al supeditarse a otros que la transcriban con fidelidad, en este caso, es de por sí signo de decadencia. Es la vuelta a un pasado totalmente superado.
Es indiscutible que el grabado está unido a la imprenta, sus medios gráficos lo atestiguan, pero nunca supeditado a ella. Constatamos cómo en la mayoría de los casos, la ilustración queda supeditada al texto, tanto en la diagramación como en el valor intrínseco de la obra de arte. El libro mencionado es todo un alarde de buen gusto: diagramación, ilustración, texto e impresión, están sabiamente equilibrados y no obstante sentimos una falla; hubiéramos preferido a Rouault que tan magistralmente realizó los aguafuertes que se incluyen en el mismo, grabando sus propias ilustraciones sobre el taco de boj: entonces podríamos decir que es la obra acabada del gran maestro. Al manifestar esto. tenemos presente al genial Paul Gauguin grabando, a veces con dificultad, sus propias imágenes llenas de contenido humano y gran sentido estético. Es precisamente la casi rudimentaria realización de sus tacos en donde más se siente la sensibilidad de Gauguin. Es la sensación de lo propuesto que se hace presente; es a través de la mano, que conduce la herramienta en sus incisiones sobre la madera en donde palpita el sentido de creación individual.
El falso concepto que de la ilustración se tiene, hace que se incurra en equívocos que perjudican al libro como obra de arte gráfico; la ilustración es la intuición que el artista percibe y da forma, sugiriendo a su vez lo emocional que la palabra transmite. Caer en la descripción gráfica de la imagen es eliminar su contenido toda vez que el texto ya la entrega hecha. El texto y la ilustración libremente concebidos son los que forman una unidad: el libro, el que a su vez se transforma en mensaje en el mundo de la cultura.
El grabado en todas sus modalidades técnicas se ubica perfectamente en el libro, como ilustración o como parte preponderante del mismo: en el museo, o en el interior de la casa como elemento de decoración. Durero y Lucas de Leyden, por no citar a otros, nos lo demuestran y si ello no bastara cabría hacer presente, por su afinidad a lo expuesto, que los primeros signos de comunicación del hombre fueron grabados sobre piedras o huesos, o tallados sobre madera y muchas veces aprovechados para la impresión en forma multiejemplar. Las primitivas impresiones de las piedras labradas de origen chino sobre papel de fibra de caña de bambú, así lo atestiguan.
Quizás justifique en parte la ceguera que algunos críticos aquejan, la labor confusa y equivocada de muchos plásticos que no supieron captar la modalidad grabada en la magnitud que ella encierra, puesto que tomaron del grabado nada más que su faz técnica, como mero desahogo a su cotidiana labor. Algunos hay que no vieron otra cosa que la posibilidad de expresarse en la misma, llevando a la plancha la continuidad de una tela más o menos bien pintada.
Insistimos que el grabado tiene su propia expresión, querer desconocer esto es absurdo, la pintura y la escultura también la tienen, caer en afinidades con ellas sería la anulación del grabado.
No es un simple medio de ilustración objetiva de personajes, objetos y costumbres lo que en el grabado interesa. La sugerencia dentro de lo acontecido o por acontecer, la necesidad de expresar nuestra inquietud, tanto en lo espiritual como en lo material, es lo que está más cerca del grabado; valerse de los medios que este le presta sin caer en subterfugios, literarios y descriptivos, es lo esencial. Nos atenemos a la cita de Goya, Rouault, Masereel y Picasso, indiscutibles maestros del grabado.
Creemos en la libre expresión del artista plástico y en este caso el grabador. No podemos por principio, posponer al arte dentro de una línea determinada de creencias o escuelas. Todo arte dirigido o de escuela es arte muerto. El artista intuye, siente y realiza; el espectador goza de la estampa pero no la vive como su creador; pretenderlo es ridículo, son dos seres de diferente sensibilidad; la madurez crea la imagen en el artista, que a veces realizada se esfuma como presente, pero queda como obra viva. La sugerencia que deja en el espectador es lo que prevalece como mensaje. Lo que sí afirmamos que el artista, no por serlo, puede sentirse ausente de las cosas que lo rodean, como hombre tiene la obligación de sentirlas y palparlas, no en vano nuestros pies tocan la tierra. Evadirse de todo lo humano en pos de un mal llamado arte puro, no es más que una farsa.
Cuando contemplamos la obra del genial mexicano Guadalupe Posada, es cuando más sentimos el mensaje humano que contiene el grabado en nuestra maltrecha América. Honda raíz de lo popular y social la suya; rebeldía latente cuando interpreta un fusilamiento Maderista que ni la cárcel consiguió acallar; lleno de ingenua emotividad cuando graba un corrido o una calavera del día de los difuntos. El deja un camino lleno de posibilidades a todos los grabadores de América. Cabe seguirlo aportando nuestros conocimientos e inquietudes.
El artista debe vivir su momento: la obra es lo que perdura. Cuando contemplamos una estampa del pasado, la vivimos como presente: es el pasado y el futuro trasmitidos por un presente, signo de perduración de toda obra de Arte.
El grabado por sus múltiples medios expresivos (no interesa la modalidad elegida) es la manifestación plástica que se encuentra más cerca de las inquietudes vividas; lo importante es saber darle forma y consistencia de obra. La impresión multiejemplar facilita sus medios de expansión y no por ello pierde valor como obra individual. ¿Por qué no aprovecharlo?
El grabado en el libro, estampas, aleluyas, como expresión de imaginería popular o como cartel, clama que se le ubique en su lugar. Es el mensaje del artista que como hombre se dirige al hombre. El grabador tiene la obligación de sentirlo y hacerlo presente.
POMPEYO AUDIVERT – MAYO 1959 – CUADERNOS AUSTRALES
- Carbonilla
- Grabado Collage
- Grabado Collage
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
- Ex Libris
Un genio!
Excelente trabajo de investigación, Muchas gracias.
Un gran ARTISTA. Gracias!!