Retrospectiva Virtual – Raquel Forner
Deslizarse sobre la obra para ver detalles
Presagio (1931)
En esta extensa primera etapa (1920-1937), su pintura tiene algunas características comunes con algunos pintores de su generación (especialmente Spilimbergo, Berni y Butler). Las figuras están sólidamente construidas, recogiendo la herencia de Cézanne, con un tratamiento del color que tiene una reminiscencia atemperada de los fauves, así como un larvado expresionismo. A mediados de loa años 30 la mujer (generalmente tres) aparece como figura central.
Joan Merli (primer biógrafo de Picasso), describe en su libro dedicado a nuestra artista: “Raquel Forner posee ya un notable dominio del empaste y de la expresión, cuando realiza su cuadro Presagio en el año 1931. La autora había hecho un viaje feliz a la tierra mediterránea de sus mayores; a la Italia del 300 y 400 y a la de la era mussoliniana; al París feérico, de la bohemia intelectual y artística. ¿Presagio? ¿quien hubiera podido percibir entonces el significado del presagio de la artista? ¿sabía ella misma acaso, qué secretas voces de dictaban la grafía del cuadro? ¿Se nos permitirá suponer que Raquel, como Juana, percibió la no audible vos dictarle el tema del cuadro, cuyo significado transcendente, solo habría de ser comprendido mas adelante?”.
Guillermo Whitelow escribiría en 1980 “…como en Presagio (1931), donde parece presentir futuros horrores. Las tres figuras femeninas del primer plano se adelantan a sus notables versiones del tema Ni Ver, Ni Oir, Ni Hablar…” . “…no estaría desencaminado quien considerase la obra pictórica de Raquel Forner, como un despliegue ininterrumpido de dramáticos acontecimientos y de extrañas premoniciones”